Hoy veo a tantos que se declaran agnósticos, que están enojados, heridos o desilusionados de la Iglesia. Su enojo los ha llevado al agnosticismo.
Los llamo agnósticos cristianos, porque creen un poco en Cristo y lo respetan, pero se mantienen a distancia por tantas malas interpretaciones que se han hecho de él y falsos testimonios en su nombre. Muchas veces también por la imposibilidad de cumplir con los que nos han hecho creer son los requisitos morales para seguir a Cristo. No veo indiferencia entre esos agnósticos, veo más bien resentimientos y temores.
Me pregunto:
¿Es que hay que aceptar todo lo que dice la Iglesia para creer en Cristo, o en su defecto no queda más remedio que declararse agnóstico?
¿Por qué no pueden diferenciar la experiencia, las enseñanzas, las doctrinas, los dogmas y tantas racionalizaciones, de su necesidad e interés espiritual y de Cristo?
La distinción es crucial. Y urgente. Porque veo una rabiosa nostalgia más que una indiferencia y negación. Y eso habla de una necesidad no satisfecha.
Creo que la necesidad está.
La respuesta de Cristo también.
Y no sabemos cómo hacer el puente entre ambos. Ese es el desafío. No es negando como se soluciona el problema, es afrontándolo y despejando la realidad de la ficción, la verdad de la mentira. Con valentía y honestidad.
También veo a tantos creyentes ciegos ante los errores de su Iglesia, defendiendo lo indefendible. O en silencio. Confundiéndolo con fidelidad y obediencia.
Y a muchos otros indiferentes. Ya casi pertenecen por tradición, costumbre o por status..
Y a tantos otros buscando lejos de Cristo y de su Iglesia, anhelantes de encuentro con Dios, convencidos que ya no hay respuestas en Cristo ni en Su Iglesia. Incluso desconfiados de quienes encontramos en Cristo. Siempre piensan que es más de eso mismo que ya conocen, que huele más a pasado que a presente. Más a nostalgia que a realidad. Más a concepto que a experiencia. Cristo parece más una bella utopía que una posibilidad real de encuentro y transformación.
Pocos, ¡demasiado pocos!, asocian el camino de Cristo con una camino hacia la madurez y plenitud del hombre. O hacia una expansión del ser y una mayor libertad. A un compromiso de verdad con el propio crecimiento personal y una mayor conciencia. A Cristo y a la Iglesia se le asocia más bien con represión, doctrinas, pequeñez, rigidez, moralismo, intolerancia y muchos límites. Con buenas conductas intachables, sobre todo en materias sexuales, más que con necesidades de sanación, consuelo, compasión y misericordia. Hemos olvidado que a Jesús lo recibieron los más, más necesitados. Y que ese ¡y sólo ese! es el único requisito para un verdadero encuentro con Cristo y el Padre.
Pero veo a tan pocos creyentes que recuerden y crean de verdad que es en la necesidad donde está Cristo y no en nuestros méritos. Que defiendan hombres en vez de doctrinas. Que griten que Cristo es amigo de los que no están satisfechos, de los necesitados, de los inseguros, de los pecadores… más que de los buenos que están seguros de ser sus predilectos, o de los que miran en menos a los que no han logrado sus virtuosas virtudes llenas de juicios.
Tal vez la mayor traición a Cristo es creer que El quiere más a los virtuosos que a los pecadores… a los intachables con impecables hojas de vida, que a los que tienen algunas o muchas manchas. ¡Mentira! El los quiere a todos, y vino precisamente por los ciegos, sordos, inválidos, presos de sus pasiones y vicios… es decir, por los necesitados.
Y hemos entendido al revés. Que son los buenos e intachables sus clientes, (hablo de clientes porque a veces pareciera ser un intercambio comercial) teniendo muchas veces la desfachatez de rechazar a los pecadores que son los más necesitados. La gran traición es corretear, echar o mirar en menos a quienes de verdad lo necesitan y por los que Cristo murió y resucitó.
Ojalá los agnósticos cristianos comprendieran que son sus dudas y faltas de certezas precisamente la necesidad que los lleva a buscar, a pedir, a conocer y preguntar. Y que esa pobreza que sienten de certezas infalibles, es su riqueza. Y es también la riqueza de muchos cristianos y de la Iglesia. Ellos son quienes se hacen las preguntas y las enfrentan. No las cambian por ciegas doctrinas recitadas y gastadas, muchas veces incomprensibles. Ni tampoco por una indiferencia con cara de fe y obediencia.
Yo los invito a atreverse a creer… A oír su voz interior que no es indiferente a Cristo y su Iglesia… a oír tambíen sus resentimientos, dudas y temores. Y a expresarlos.
Necesitamos creyentes pensantes y sintientes, críticos, conscientes, conocedores, inquietos, buscadores, valientes, alertas, despiertos, coherentes, defensores, vivos… no autosatisfechos ni arrogantes… Creyentes apasionados, no para defender lo indefendible en sus certezas infalibles y poco creíbles, sino apasionados en la búsqueda de Dios, de sí mismos, y de los demás.
Y curiosamente hoy hay más apasionados por el ser y el crecer entre estos agnósticos cristianos que entre tantos cristianos que confunden a Cristo con silencio, resignación, frialdad, desapasionamiento y hasta una buena cuota de aburrimiento. Todo lo que suene a aventura es peligroso. Y como la vida es una aventura… llena de desafíos y peligros… muchas veces se ve la fe reñida con esa aventura que es la vida. Muchos cristianos con sus certezas infalibles son quienes más temen la aventura y la novedad. Han olvidado que el Espíritu no se sabe dónde sopla ni donde va… y eso es lo que lo hace más fascinante, que no es previsible, es siempre novedad. Y diversidad. Y asombro. Y, muchas veces hasta desconcierto.
No son normas… es vida que late, siente, piensa, reflexiona y crea. La creatividad y el asombro son su sello. Tal como son las palabras y la vida de Jesús. Nada más lejos de la monotonía, el aburrimiento y lo previsible.
Necesitamos creyentes vivos, vitales, atrevidos, valientes, que hablen, pregunten, duden, interpelen y ayuden a muchos cristianos a salir de esa monotonía e inmovilismo que más parece muerte que vida. Y que se confunde con Cristo.
De verdad, necesitamos a esos creyentes agnósticos, inquietos e insatisfechos, que nos sacan de nuestras seguras seguridades satisfechas… y casi cadavéricas. Ojalá en vez de irse lejos desilusionados… se quedaran y nos revitalizaran.
18 COMMENTS:
Después de leer lo que escribes, me dan ganas de un reencuentro, de un acercamiento al Cristo que fué un compañero de ruta cuando era jóven y no entendía de dogmas ni de manejo de poderes ni de la tremenda carga que para la pureza de su mensaje ha resultado el «aparato» de la Iglesia.
Por favor sigue escribiendo y recordándonos cuál es el eje central de la fé que alguna vez abrazamos, recuérdanos cómo, a la hora de los pre juicios, Cristo fué el primero en ignorarlos, a la hora de las conveniencias, el primero en deshecharlos, a la hora de los acomodos, el primero en denunciarlos, y a la hora de comprender y perdonar, el primero en en acoger todas nuestas debilidades (incluídas las mencionadas), y en invitarnos a modificar conductas.
O ERES DE ESAS PERSONAS QUE PREDICAN PERO NO HACEN NADA PRA QUITARLES EL PESO ALOS DEMAS YA QUE ESTAS POR ENCIMA DE LOS DEMAS QUE ESTAS HACIENDO PARA SEGUIR, PARA QUITARLES LA VIGA A TUS JHERMANOS O AUN NO TE HAS QUITADO LA TUYA
Y SI TE HAS QUITADO LA TUYA ENSEÑANOS Y SIES POR EMDIO DE ESTA LECTURA PARA QUIRAME LA VIGA CON ESTO SERE CAPAZ DE VER POR OTROS COOMO LO MENCIONAS ESPERO REPSUTA
Yo soy agnostico y cristiano, pero no creo que sean dos ideales incompatibles en absoluto. Justamente la existencia de un Dios infinito y nuestra naturaleza finita son la base del agnosticismo, por lo menos a mi criterio. No podemos conoser lo infinito, pero si podemos creer. Incluso creo que eso mismo es la Fe; no involucra certezas, simplemente es creer.
Reconozco que me aserque al agnosticismo en un principio por un enojo, es verdad; pero sigo siendo agnostico y el enojo ya paso, y agradesco que alla existido.
Creo que en realidad es el agnosticismo es el mal interpretado, no la iglesia cristiana.
Creo y deseo que finalmente estas dos formas de pensamiento van a coincidir en una, quizas no hoy pero en un futuro cercano.
Buenisimo el texto, te felicito en serio.Es un tema fundamental en nuestros dias.
Creo que si añado la siguiente cita, se entenderá mejor lo que quiero decir:
“Felices los que crean sin haber visto” (Jn. 20, 29)
– ¿Cómo lidiar con la aparente contradicción de manera práctica? cómo ora un cristiano agnóstico?
si es ‘católico agnóstico’, ¿comulga?
¿cómo hacer que estas dudas sean fértiles y generen más crecimiento que la fe pasiva disfrazada de obediencia?Y finalmente… tienen algun consejo para como acompañar en la marcha espiritual a mi pareja quién es cristiano agnóstico?… siendo que yo comparto muchos de vista, pero no me identifico completamente como cristtiana agnóstica.
Gracias de todo corazón, he vuelto a creer y así soy feliz.
Antes pensaba que Dios no existía, que era un invento de la Iglesia para controlarnos,…; en fin puras patrañas.
Te amo, me cambiaste la vida, te estaré eternamente agradecido.
José Helmer Bernal
Homeólogo Investigador.
Cel. 315-2902179
www.urantiaguiapractica.org
www.homeologia-homeopatia.com
Curiosamente llegué a este Blog buscando la existencia de alguna definición o de alguien que hubiese reflexionado respecto del concepto que yo denominé Cristiano Agnóstico.
¿Por qué mi inquietud?
Porque no puedo negar que estoy empapado en una cultura «cristiana» pero no creo en esa ritualidad de las religiones que las momifica y además porque me cuesta creer en ese concepto de Dios que vive preocupado del ser humano, como si fuésemos tan significativos en este universo o más signifacitvos que otros seres vivos. No creo que Dios se preocupe por nosotros más de lo que nosotros nos preocupamos por una hormiga o un gusano, lo que me lleva a la conclusión que el Dios Cristiano no existe, aunque sí puedo intuir la existencia de algo superior a todos nosotros. Por otra parte, por la ciencia sabemos que este planeta como lo conocemos en algún momento ya no existirá más y, mucho antes, la especie humana como la conocemos habrá desaparecido, por lo tanto nos lleva a preguntarme ¿Cuál es el propósito de Dios para el ser humano? Mi respuesta es: Ninguno. De ahí que considero mi visión de Dios como Agnóstica.
Sin embargo, reflexionando respecto a los problemas que viven las sociedades en este planeta hoy en día, llegué a la conclusión que sí existe algo que podría solucionar todos lo problemas que vivimos. Coincidentemente descubrí también investigando que esa solución Cristo ya la había declarado como su mandamiento.
Después, poniendo atención a quienes se llaman a si mismo cristianos, decidí preguntarle por el mandamiento de Cristo y he ido descubriendo que: o no lo conocen, o no lo recuerdan de inmediato, o si lo recuerdan generalmente es medias.
Pienso que para considerarse un Cristiano (a secas) es fundamental el seguimiento del mandamiento de Cristo, pero también creo que es un hecho que le pone la vara muy alta a la mayoría de los seres humanos, particularmente porque Cristo predicó con el ejemplo y siguió al pie de la letra con su mandamiento, dando su vida por amor a los todos nosotros. Por eso mismo, es que no me considero Cristiano: me cuesta amar incondicionalmente a la humanidad hasta el límite de dar mi vida por cualquiera de ellos y, para nuestro pesar, pienso que existen muy pocos cristianos de verdad.
Si el mandamiento de Cristo fuera seguido por todos los seres humanos la Tierra se transformaría en el Edén, lo que me parece también una Utiopía: no puedo pensar que la humanidad llegue algún día a ser toda Cristiana, así como tampoco será toda Budista ni toda Musulmana, ni toda atea.
Es por eso que Cristiano Agnóstico me sonaba más concordante, al creer en el mandamiento de Cristo a pesar de no poder seguirlo y al no creer en el Dios como los cristianos religiosos lo consideran pero si intuir algo superior a nosotros que interrelaciona toda la vida en este planeta y, espero, en todo el universo.
Otra forma sería considerar mi visión como Cristiano Budista o Budista Cristiano, por considerar al Budismo como una religión Agnóstica y haberme permitido reconsiderar mi espiritualidad después de haber vivido una fase de asérrimo Ateísmo. También es muy difícil ser un Budista de verdad.
Eso es lo que tengo para compartir o comentar.
yo creo que cristo dijo la verdad en cantidad de cosas, y que si tiene el poder del verdadero dios, ojalá vuelva en su nube a juzgar como le hicieron a el, tal como prometio a todos los martires tiene que recibir su justicia divina y tambien a los que obran lo mejor posible dentro de lo que cabe!!!
Al menos cristo el unico dios que bajo aqui como hombre y sufrio en su carne como nosotros el dolor, pues por eso toda la honra para el sea, ahora su padre pues… no creo qeu se yahve, me cuesta mucho creerlo la verdad, el cristo es el unico camino, el hombre-dios libre de la maldad y corrupcion del mundo que vencio la propia muerte de este planeta!! si el es rey de la proxima tierra que sea mi rey entonses!!
es bonito pensarlo y creerlo, pero sigo siendo agnostico!! la biblia no nos cuenta todo, si leemos genesis pareciera que falta informació n